III. I'm your new boss

I'M YOUR NEW BOSS

Sam se había ido, iba a hablar con los vecinos o algo así le había dicho, la verdad es que no le ha prestado demasiada atención. Al fin tendría un momento de tranquilidad para él solo en la casa. La verdad es que se estaba tomando con demasiada calma este caso. Tenían alquilada la casa para un mes, así que tenían tiempo de sobra para jugar a Scooby Doo y echar a esos fantasmas de la casa. Y, seamos sinceros, no se sabe cuando van a volver a tener la oportunidad de habitar una casa como esta. Así que, según la psicología de Dean, tenían que aprovechar al máximo su estancia en la casa. Además, estos fantasmas parecen bastante aburridos. En el poco tiempo que llevan en la casa no ha pasado gran cosa y nadie ha intentado atentar contra ellos salvo la señora Langdon.

Cargando con un bol de palomitas, fue hasta el salón y se lanzó sobre el sofá para empezar a ver la tele. Sam había cambiado la contraseña de su portátil, por lo que Dean no podía ver porno en internet y no le quedaba otra que hacer zapping hasta dar con un canal que le resulte mínimamente interesante.

MURDER HOUSE | 18:13 | MOIRA&DEAN

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Lo que pasa en Murder House, es que los Winchester no saben que el modus operandi de los fantasmas es... peculiar, especialmente el de Moira, quien se estaba tardando un poco en hacer su aparición quizá, pero luego de ver el juego sucio de Constance, decidió que tenía que hacer acto de aparición finalmente.

Así pues, es normal que se dé un paseo por la casa en su bonito uniforme, razón por la cual son sus zapatos los que delatan su camino desde la cocina hasta el estudio donde está Dean, cuya televisión comienza a fallar con la usual estática de su presencia- Buenos días -se presenta con su tono de voz seductor, recargándose en el marco de la puerta mientras juega con el plumero que sostiene en una mano-, Vengo a hacer la limpeza -y su miradaa, fija en Dean da un poco a pensar a qué clase de limpieza se refiere.

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Justo cuando al fin Dean había conseguido encontrar un canal que le gustaba, uno de tenis femenino (sobra decir que Dean no tiene ni idea de tenis, ya sabemos todos por qué le gusta), la televisión empezó a fallar.- Maldita sea. ¿Qué pasa ahora?- se había puesto en pie y fue hasta la tele para darle unos golpes con la esperanza de que volviese a funcionar, pero nada. Se había quedado muerta. Qué mala suerte, la tele parecía ser una de las cosas más modernas de la casa. Sin embargo, no tuvo tiempo de preguntarse qué había podido pasar ni de sacar conclusiones, pues enseguida oyó el sonido de los tacones.- ¿Otra vez esa vieja?- ya habían pillado a Constance colándose en la casa dos veces en lo que va de semana, así que normal que Dean supusiera que se trataba de ella. Sin embargo, la chica que apareció en la puerta no se parecía en absoluto a Constance.

- ¿Y tú quién eres?- fue lo primero que consiguió decir, tras varios segundos de estupefacción. Tenía la garganta seca.- ¿Cómo has entrado?- era todo tan surrealista que Dean llegó hasta a pensar que se había quedado dormido y que estaba reviviendo en forma de sueño una de sus pelis porno.- Creo que te has confundido de casa, aquí no se organiza ninguna despedida de soltero- porque, seamos sinceros, con ese uniforme la chica tiene pinta de todo menos de chacha.

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Es más que suerte que su apariencia distraiga tanto al joven que no se dé cuenta que el fallo de la televisión es por su culpa. Incluso sonríe cuando le pregunta aquello con toda cara de... hombre idiotizado por un bonito cuerpo. Tsk, es que todos son así, a menos que sean gays- Soy Moira O'Hara -se presenta, comenzando a caminar por un lado de Dean, a una distancia prudente pero que le deja al joven una buena vista de sus pasos suntuosos.

- Tengo una copia de la llave de la casa. Soy como parte del paquete, aunque no es de sorprender que la mujer de la inmobiliaria no lo hubiese mencionado -sonríe hasta llegar a un librero, donde finalmente le quita la vista de encima a Dean, intentando no reír por lo de la despedida de solteros- No, a menos que tú seas el único soltero aquí -deja caer como si nada, alzando el braazo para sacudir lo alto del estante y con ello, hacer que su corto vestido suba un poco más

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Dean seguía a la pelirroja con la mirada como si estuviese hipnotizado. Era todo tan extraño que tampoco le hubiera sorprendido que todo eso fuese una broma organizada por su hermano. Pero más le valía que no fuera así o comenzarían una de sus míticas batallas de bromas, y Dean siempre ganaba.- Es un placer, Moira pero...- hablaba absorto, ni siquiera sabía muy bien qué decía.- De verdad que creo que no deberías estar aquí- ahora no sabe si es una suerte o una desgracia que Sam no esté ahí. Intenta pensar con la mente fría y se pregunta a sí mismo: ¿qué haría Sam? Debería tatuarse esa frase.

- ¿Te contrataron los de la inmobiliaria para que mantuvieras limpia la casa?- deduce que es eso, porque no se sabe cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que la casa tuvo dueños.- Imagino que se les olvidó comentarte que ya la habían vendido, así que ya no hace falta que...- se le olvida cómo acabar la frase cuando empieza a limpiar. "No mires, no mires, no mires..." Mierda, ha mirado.- Verás, la cosa es que ahora vivimos aquí mi HERMANO y yo, y no necesitamos que nadie se encargue de la casa- recalca la palabra "hermano", por que no entiende qué perra le ha dado a todos con que son pareja.- No es que esté despreciando tu culo... DIGO TRABAJO. Despreciando tu trabajo...- ay, dónde tendrá puesta la cabeza.- Es solo que no lo necesitamos.

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-No, es... digamos, trabajo familiar. Como los mayordomos que sirven una familia y sus hijos hacen lo mismo; la diferencia es que tengo la desgracia de cambiar de familia -responde pausadamente, limpiando de manera provocativa aquí y allá- Oh, pero es una casa muy grande, siempre hay algo que limpiar -aapenas voltea sobre se hombro cuando dice aquello, humedeciendo sus labios de manera descarada, para bajar la mano cuando termina. Bien, ya lo tiene.

- Oh, pero la cosa es, que yo sí lo necesito -se gira él y comienza a acercársele con una falsa expresión que no le pegaa nada de inocente- Verás... -deja un espacio para que se le presente y no sea sospechoso que ya sabe cómo se llaman- Como dije, he servido a esta casa por un tiempo, me daría pena dejarlo y, además, ¿serías capaz de dejar a una pobre mujer desempleada? -se detiene frente a él, cruzando los brazos detrás de su espalda para que el escote del vestido se abra un poco de manera provocativa- Este trabajo es todo lo que tengo

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- Entiendo. Has estado trabajando para todos los que vivían en la casa- un poco extraño, será una especie de trato con la inmobiliaria o algo. Aunque no deja de ser sorprendente, y más teniendo en cuenta la edad que parecía tener la chica.- ¿Cuántos años has dicho que tienes?- por su edad, Dean diría que no ha podido trabajar para más de dos familias, tres como mucho, pero por como ha hablado parecía que llevase un montón de tiempo en ello.

- De todas formas nosotros solo estaremos por aquí durante unas pocas semanas, creo que podremos apañarnos solos- ah, no, que no le venga dando pena que se le ablanda el corazón. Bueno, normalmente es Sam el moñas, el compasivo, el que se apiada con todos. Pero cuando le das a Dean un buen par de... razones, también tiene su corazoncito.- Bueno, tal vez podamos meditar la oferta. Solo dame tiempo a que vuelva mi hermano y podamos hablarlo entre los dos, la decisión no es solo mía- tiene la esperanza de que Sam le haga entrar en razón.- Pero estoy seguro de que a alguien como tú no le costaría mucho conseguir otro trabajo. Se te ve muy... cualificada- "mírale a los ojos, Dean, a los ojos."

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Al parecer se ha aparecido con los chicos listos. Quizá entonces sea más fácil ahuyentarlos para que no los maten. Sí, a Moira le da algo de pena pensar que la loca de Hayden y compañía pueden matarlos también, por eso necesita convencerlos de que la dejen quedarse ahí- Trabajé para los Harmonn. Eran como una familia para mí después de la muerte de mi madre, ¿sabes? Y trabajar aquí es todo lo que me queda. Ni si quiera me notarán demasiado y todo estará impecable -ajá, claro, pero así es como evita responder a lo de la edad, mordiéndose un poco el labio, bajando la mirada a donde se desviaba la de Dean. Si no lo convence con esa última parte, lo hará de otra manera o lo intentará con el hermano, seguro uno de los dos cede y convence al otro, al final armas no le faltan a Moira.

Lo escucha, asintiendo interiormente porque ve que ya lo está convenciendo, e incluso se atreve a pasar una mano sobre el hombro de Dean, deslizándola con delicadeza- Por favor. Por lo menos mientras consigo otro trabajo -cosa que nunca en la vida pasará porque no puede dejar la püta casa salvo en Halloween, pero ahora está intentando convencer a Dean, si es cierto que sólo van a quedarse unas semanas- También sé cocinar tarta -dicen que a los hombres se les conquista por el estómago, pues eso. Además, ella no le pondría nada raro como la arpía de Constance.

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No, si en realidad Dean ya estaba convencido a contratarla desde que la vio ahí plantada en la puerta del salón, aunque lo de la tarta también ayuda. Lo que ocurre es que luego se imagina la bronca que le puede echar su hermano y se le pasa. Pero vamos, que tampoco habría nada de malo en contratar a la pobre chica, ¿no? ¿Qué podría pasar?, ¿que les pillara quemando algún cadáver? Tonterías.

- Quizás podamos llegar a un acuerdo- venga, va, se la juega. Luego si Sam le dice algo, le dirá que lo ha hecho por el caso, que la chica puede saber muchas cosas sobre la casa y ayudarles.- Pero tienes que devolvernos la copia de las llaves y llamar siempre a la puerta. Entiendo que pudieras tener una buena relación con los antiguos propietarios, pero es que... mi hermano es muy tiquismiquis con eso de la privacidad y tal. Ya sabes- seguro que lo entiende. Así se acabó el problema de que les pille con las manos en la masa el muerto.- Por lo demás no creo que tenga ningún problema contigo. Se ve que eres toda una profesional, y muy simpática y cariñosa. Además sí que nos vendría bien una mano en la cocina- aunque ya se haya acostumbrado a vivir a base de hamburguesas, pizzas y precocinados. Tiene que carraspear cuando le rodea el hombro porque de nuevo se le queda seca la garganta.

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Si es que hasta le caen mejor que los otros dos que sí son gays, porque con los otros no tenía ni oportunidad de hacer lo suyo, pero estos dos con cara hasta algo inocentona... no saben en lo que se han metido, pobres chicos.

- Está bien, entiendo -y hasta sonríe, sacándose la llave con descaro de entre sus... ejem, manzanas Sonriendo y moviendo la cabeza con tranquilidad, como si estuviese jugando. Eso no la detendrá, por eso no tiene reparo y la pone en la mano de Dean con un gesto sugerente- Gracias, supongo que entonces iré a seguir con mi trabajo -dice con aquella mirada suya, dándose la vuelta para pavonearse de camino a la cocina, no sin voltear en el camino a Dean, para pasarse la lengua por los labios.

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