Simple yet complex, ventricle taste test

Como era de esperarse, tan pronto recibió el mensaje, fue a plantarse a donde Jo le había dicho de verse. Con el fin de curso tan cerca -y después de haberse enfermado en plena primavera por la estupidez con su runa la vez de la canción en la terraza-, no pensaba desaprovechar su tiempo al lado de la prefecta. Así que fue sencillo dejar la guitarra al lado y volver del pueblo al castillo.

Se detiene ante la puerta y toca, no quiere simplemente entrar sin que esté jo ahí, no se sabe lo que puede encontrarse uno, ¿de acuerdo? Y ya de paso comprueba que no huele mal y está peinado-despeinado, que Jo siempre se ve perfecta y huele a lavanda con un toque de algo más, él quiere quedar bien también.

Su lengua juega con el piercing de su labio mientras espera. No hay respuesta inmediata, así que comienza a dudar de si Jo está ahí o fue al baño, si estará ocupada con cosas del Oráculo. Más segundos pasan y su mente divaga por rincones más oscuros, como que todo aquello es solo una broma y por eso escuchó que otros hablaban de él ese día, pero pasaba de ello. Podría ser una broma, o peor: una trampa.

Estaba comenzando a hacer un plan para enfrentar a quien estuviera detrás de la puerta, cuando escucha a Jo. Pero no suena normal, titubea. ¿Será ella o alguien con multijugos? ¿Habrá alguien con ella usándola como carnada? Se molesta simplemente de pensarlo, pero respira hondo, esconde la varita bajo la manga de la camisa, listo para cualquier cosa y pasa-. Hola, ¿todo bien? -sus ojos recorren la estancia antes de ir a sentarse a un sillón. La puerta la ha cerrado, sí, pero está dentro de su rango de visión por si es necesario y sí, se nota un poco que está más a la defensiva, porque su espalda está tan recta como si fuera Milo cuando le dijeron que si no se mantenía derecho, se iba a encoger como un elfo.

Hm... Aquello es sospechoso, Jo parece... nerviosa. Nerviosa diferente, desde el punto de vista de F. Está actuando demasiado formal, como si alguien la obligara a hablar así, o como si no fuera ella, así que debería ponerle más cuidado. Si es que ni siquiera se le ha acercado o algo, solo está ahí detrás del escritorio, Jo no es así. No con él, al menos.

- Hoy estaba libre, así que pude venir enseguida. Yo me lo preparo, no te preocupes -dice poniéndose de pie para ir a la máquina de café. La recorre con la mirada, escrutina cada detalle y por fin toma un vaso para que caiga el café. Se encoge de hombros, no por eso deja de sospechar, pero es que debe de saber quién está detrás de todo aquello, la pregunta es: ¿cómo? ¿Cómo hacer que la persona se delate a sí misma?-. Lo mismo de todos los días: intentar no meterme en demasiados problemas, ser un irreverente en algunas clases, ensayar de vez en cuando con Poisy Prep para la fiesta de fin de curso, planear el baño de sangre para cerrar el año escolar... -lo normal para él, vamos.

Cuando su café se llena, lo huele por si distingue algo peculiar, pero solo parece no estar muy cargado. Bien, puede esperar un poco, por ahora va hacia donde está Jo, sentándose en la silla frente a ella. Cruza na pierna sobre la otra, detiene el vaso con una sola mano y vamos, tiene un aire muy típico de su familia haciendo negocios en ese momento, es inevitable cuando sus padres se sientan de aquella manera al hablar de cosas serias, como al regañarlo-. ¿Por qué preguntas?

- Es un decir, tengo que pensar en algo diferente si quiero dejar una marca en el colegio -dice con mucha tranquilidad, como si hacer lío fuera el mejor plan del mundo. Bueno, lo es para él, de eso no queda duda.

Ahí frente a ella, se siente un poco como su papa, no lo va a negar. Alza una ceja al escucharla, todavía un poco suspicaz de la situación. Aquello no era una invitación, es un plan. Un plan. Eso es sopechoso, así que le da un sorbo a su café. Hm...-. Ese es tu plan -ir con ella al baile. Espera. ¿Entonces estaba dando por hecho que aceptaría? ¿Entonces eso significa algo más entre ellos? Parpadea un poco perplejo, se confunde, no entiende-. ¿Entonces quieres que vayamos juntos? -señala a ella y luego a sí mismo. Las sospechas quedan de lado, se queda más bien tonto, qué sorpresa, y por ello ni se da cuenta que inclina un poco el vaso hacia un lado y empieza a chorrearle el café en la pierna, hasta que el calor es muy obvio y suelta algunas groserías mientras se apresura a dejar el vaso en el escritorio-. Merda, merda.

Claro, no sabía cómo hacerlo. Bueno, lo raro era que a él sí lo habían invitado otras veces a otros bailes, pero con Jo todo era diferente. Y tanto que, en cuanto se le acerca. Es una sucesión de rápidos eventos torpes, porque apenas ella está a su lado, él se pone en pie haciendo hacia atrás la silla y se aleja unos pasos para no perder el equilibrio, luego extiendo el brazo para tomar los pañuelos y comenzar a secarse—. No, no te preocupes. Está bien, puedo ir a la enfermería, de todos modos no debe ser grave —siente la quemadura, claro, pero es en el muslo y seguramente debería quitarse el pantalón para poder curarse. No quiere tener que hacer eso ahí frente a Jo, en serio, por mucho que a veces las hormonas se le alboroten.

— Ah… —risa nerviosa . Baja la mirada, ¿por qué está nervioso también? ¿Cómo se hablaba? ¿Qué es “articular”? Ríe un poco más mientras termina de secarse con cuidado—. No, no, para nada. Yo tampoco lo conozco —risa de loco, le da la espalda buscando el bote de basura hasta el cual camina. Jo lo está invitando al baile, así, formalmente. ¡Di algo, F por el amor de las stratocaster!—. Ah… yo… sí. Sí, me gustaría eso —dice antes de voltearse y verla. Ahí, de nuevo, siente esas ganas que otras veces ha sentido de besarla. ¿Sería una buena idea? Ah, no debería pensarlo tanto, demonios, ya se quedó en silencio demasiado tiempo viendo sus labios. Imbécil—. Quiero decir, sí, vamos juntos. De todos modos iba a ir porque queremos tocar, pero… pero ¡sí! Vayamos juntos. Io e te —y otra risa nerviosa.