My dreams came true and it´s all your fault

Suelta una risa de completo IMBÉCIL—. Uuuh, la prefecta se rebela —le gusta la idea. Vamos, es que así tiene más tiempo para pasar con Jo, obvio le gustaría ir con ella en el mismo vagón. O podría sugerirle que lo deje entrar en el vagón de Prefectos y Capitanes, quiere saber qué tan exclusivo es, aunque imagina que no se trata sino de un vagón más donde los juntan a todos. No, prefiere que Jo vaya con él y alguien más del grupo, o solos los dos jijiji. Como sea, ante aquel "desafío", él simplemente le guiña un ojo a la rubia antes de ir, en efecto, al Gran Comedor.


— Con la cara de la mejor prefecta de nuestra generación —así, con orgullo, sacando pecho y todo, él lo dice muy seguro y de la misma forma va a responder, pero mejor le pone el ejemplo al volverse a encontrar con Steve y hablarle como si aquello que hizo F fuera lo más normal del mundo. Si él ya está muy tranquilito, ¿eh? Y muy feliz también, eso se le nota.



Pfff si creían que F se iba a sentir intimidado por las palabras de aquel Ravenclaw, era porque no lo conocían. De hecho le había hecho un poco de gracia y todo, las amenazas de ese tipo lo hicieron sentir un poco más en casa, lo tomaba como una buena señal.

— Gracias, gracias, la verdad no estaba seguro de cómo lo iban a tomar los profesores, pero es el último día, no pueden castigarme en el tren a casa, ¿cierto? —tampoco había sido algo tan malo, es decir, rociar la comida con una poción de falsa podedumbre era menos daño que el baño de sangre de San Valentín. Además, solo era eso: falsa podedumbre, hizo que la comida se empezara a pudrir poco a poco pero solo visualmente, convenció a muchos de que seguía en perfecto estado -porque él no piensa desperdiciar su comida, en casa le enseñaron que eso está muy mal- y solo los más tiquismiquis se negaron a comer aquellas cosas que eran perfectas en Halloween.

— Claro —le dice y, de paso, le toma el brazo para que se apoye mejor— Quizás yo podría ponérmelos y así quedo un poco más alto, ¿eh? —bromea, comenzando a caminar. La luz del cielo, en conjunto con la que provenía del castillo, les permitía ver bien. A esas alturas de la noche, ya tenía la corbata floja, el cabello alborotado, la camisa desfajada y el saco lo llevaba en una mano—. Entonces... ¿qué haremos para no dormir? —vuelve al tema, claro que sí.

Bah, ni siquiera le quedarían los zapatos, el que se movía mejor con tacones era Gael, por supuesto, porque usaba los de su madre desde chico con todo eso de sus obras y, bueno, simplemente porque así era él. Lo bueno es que tienen más de que hablar, así que él acepta que Jo guarde sus cosas en el saco, porque OBVIO QUE LE ENCANTA AHORA TODO LO QUE ESTÉ RELACIONADO CON ELLA y baja los ojos al piso con cuidado, viendo el camino—. Oye, ahora que dices eso... ¿recuerdas aquel día en la terraza? Cuando estaba tocando y me sentí mal, y eso —lo ha recordado porque aquel comentario le pareció muy de canción, como lo de "being out of the ligue" o algo así, hay canciones de ese tipo o con aquella frase—. ¿Escuchaste lo que estaba cantando antes de que llegaras? —POR FIN puede preguntar eso.

Eso sí, luego ríe de nuevo—. Bueno, podríamos hacer eso si quieres, tú sabes que yo no le temo a los retos, soy un Iero —y muchos de esos retos, luego eran su perdición en el "yo nunca, nunca" . Se detiene al ver que ella vuelve a buscar su bolso, le da tiempo y alza las cejas—. Vaya, Yellowite, me sorprendes. ¿Debo esperar que el próximo curso me ayudes a planear la sorpresa de graduación rompiendo veinte reglas en el proceso? —ahora la cosa era si quería alterarlas o no. Y cómo hacerlo—. Vamos a las cocinas, sé qué hacer —viva el negocio familiar y meterse a la cocina con su familia cuando la situación lo amerite.

Bueno, ahí quedó su intento por ahora de explicarle que aquella canción era para ella, así se entendía lo de Björk y todo eso. A continuación, la señala con un dedo de manera aparentemente seria, salvo por la sonrisilla indeleble que tiene en la cara—. No me olvidaré de esto, ¿eh? Un Iero nunca olvida ese tipo de cosas —era más como "sus deudas", pero le parece que queda mejor así, y luego ríe. Ya, él es capaz de tomar toda la culpa de cualquier desastre con tal de que Jo salga sin una mancha en su historial, por eso solo le guiña un ojo en un gesto que dice "confía en mi".

— No, ya casi está —le dice y ríe con aquel beso. Aiññññ. Revuelve un poco más con un cucharón unas cositas y luego abre las botellas. Ah, volvió el tema, pero él ya no tiene nervios y solo se voltea a verla. Ay, es que no puede ser legal que se muerda el labio, así que le toma la barbilla con el índice y el pulgar—. Está bien. Era para ti de todos modos. "I have a total crush on you, baby and I can't let it go, oh no" —canturrea ante de acercarse a darle otro beso, tras lo cual la suelta y le da una de las botellas—. Venga, dale un trago, luego le pongo la mezcla que hice y podemos irnos —choca el cristal de ambas, da un trago decente y hace justo lo que ha dicho. Deberán esperar un poco, pero con eso pueden marcharse a un sitio más tranquilo y sin posibilidad de que los encuentren.

Con alguien como F, Jo quizás debería ir esperando que más canciones fueran para ella. Si es que no puede creer que nadie le hubiera dedicado una, con las ganas que él tiene de escribirle todo un EP, podría hacer una canción incluso de sus pecas cuando se pone nerviosa. Así de cursi empedernido, sí.


Al final y después de todo, F encontró un buen lugar al cual ir a pasar el resto de la madrugada con Jo. Sí, un poquitito cansado se sentía, pero jamás lo iba a admitir porque obvio quería aprovechar todo el tiempo con la todavía prefecta. Y bueno, así terminaron en el puente del lado, de frente a donde debía salir el sol. Como sabía que haría frío conforme se acercara el amanecer, pidió a un elfo que le consiguiera su varita -no quería subir y bajar de la Torre de Gryffindor- y, tras agradecerle, llegaron hasta aquel punto donde F invocó con un accio un par de frazadas y su guitarra acústica, para tocar por completo la canción que era para Jo.

Al acabar el último acorde, da otro trago a su botella, que ahora lo mantiene más despierto que nunca—. Entonces, ¿te gusta? No sé si tocarla con mis hermanos, pero siempre puedo tocarla para ti —jijiji qué bonitos.

Aprovechó cuando el sol salía más para dejar la guitarra a un lado y abrazar a Jo, acurrucarse un ratito antes de separarse. No quería, ¿por qué ella era tan responsable? Pero bueno, tampoco le iba a impedir que lo fuera, a final de cuentas era parte de lo que le gustaba a F, quien, todo sea dicho, y tenía todo listo en su baúl porque solo echó las cosas sin detenerse a ordenar mucho. Aprovechó unos minutitos para cerrar los ojos antes de bajar con los demás, ya podría hacerlo también en el tren cuando Jo estuviese ocupada.

Y así lo hizo; se las ingenió para que lo despertaran siempre antes de que ella llegara y bastaba con pasar una mano por su rostro para desperezarse. Es que así era con él: podía irse a la fiesta sin problema, pero una vez se acababa necesitaba dormir como por un día entero. Pero claro, quería estar con jo y sus amigos no se lo perdonaron ni dejaron pasar la oportunidad de molestarlo cuando podían. Al final se va a un vagón a solas, pensando que podrá dormir, pero no es así y le pone la mejor sonrisa a Jo, incluso aplaude—. Felicidades, Yellowite, lo mereces —le pasa una mano sobre los hombros, contento de poder estar a su lado—. Sí, suena excelente. Creo que de todos modos yo iré seguido porque quiero aprovechar todo el tiempo, pero claro que me encantaría ir contigo —Jo y perritos, dos de las cosas que más le gustan en el planeta—. Boh, ¿en serio preguntas eso? —se inclina hacia ella—. Pues claro que sí, Yellowite, pero no le digas a nadie, tengo que mantener mi imagen de chico rudo —imagen que solo existe en su cabeza sobre todo porque se le acerca para besarla de nuevo. No pueden culparlo después de todo lo que esperó.